SEPTIEMBRE SIMBOLICO

Hoy es sábado 23 de septiembre, vuelvo a mi espacio en la virtualidad para expresar algunos "sentires" acumulados en este tiempo. Septiembre marca muchas cosas en la vida de muchos, en la vida de mi pueblo... en mi vida. Este mes como es así desde siempre, se festejó el 18 con todo lo que eso trae aparejado: fondas, cuecas, empanadas, anticuchos, chicha... un feriado largo, fueron 4 días de fiestas para todos quienes desean festejar a morir o no tanto. Justamente hoy es el aniversario de la muerte de Pablo Neruda, que merece un espacio aparte, pues se trata del gran poeta chileno. Pero también se recordó unaniversario más de aquel 11 de Septiembre de 1973 que nos marcó irremediablemente a todos. Hace un año escribí unas palabras que serán parte de un libro que estoy escribieno y hoy se me antojó compartirlo con quien lea este espacio, mientras escucho a Victor Heredia que me canta una canción que me conmueve profundamente, "Hay días"...
"El día 5 de enero de 2005 se escuchó una de las noticias más esperadas en Chile y en el mundo entero: la detención del ex dictador Pinochet. Un acontecimiento que obliga a la memoria a mantenerse intacta. Inevitablemente llegan los recuerdos y vuelve a pasar por la mente, como una película, todo lo acontecido durante tres décadas en este bendito país de América del Sur.
Pasaron más de 31 años... todavía se huele el humo criminal que cubrió la Moneda aquel 11 de Septiembre de 1973... Todavía se siente en las entrañas el dolor, el espanto, la angustia, la impotencia.
¡Pasaron tantas cosas!, pasaron montañas de cosas, mares de cosas, desapariciones de cosas... pasaron vidas, sueños, ideales, esperanzas, pasaron gritos, muertes ocultas, crueles torturas, negaciones de torturas... pasaron miles de pedidos de recursos de amparo sin atender… pasaron viajes hacia el exilio… pasaron pesares por el destierro.
Pasaron luchas para derrotar a la bestia, luchas interminables y sangrientas. Movimientos gestados por el cansancio, por la necesidad de justicia.
Pasaron jueces prevaricadores, militares asesinos, periodistas encubridores y aliados de la dictadura, civiles cínicos y cómplices. Pasaron gobiernos de transición, gobiernos débiles, gobiernos incapaces de jugárselas por la justicia en todo su esplendor.
Pasaron madres, padres, hijos, hijas, nietos, nietas... todos parte de una telaraña interminable y venenosa.
Pasaron 27 años, interminables y enriquecedores 27 años de ausencia. Una ausencia presente en el recuerdo de aquellos tiempos, envueltos en la ropa de la niñez lejana. Una ausencia inquieta, deseosa de regreso, miedosa de regreso.
Y al pasar tanta agua bajo el puente, como dice el dicho popular, estamos aquí, todos juntos, viviendo el día que tanto esperamos.
Tal vez esperamos mucho más. Esperamos una cárcel común y corriente para un ser indeseable y cruel. Esperamos que su mente esté sana y con claridad para que pueda percibir lo que sucede; que su salud no se deteriore más, así su tiempo de vida es más prolongado para experimentar la falta de libertad, el mal olor de las cárceles, la humillación ante la sociedad y sus pares y para ver su papel de antecedentes ensombrecido de verdades siniestras.
Pero si esto no llegara a suceder, es probable que lo que hoy sucede nos permita sentir satisfacción: es una meta alcanzada.
Así las cosas, vuelvo nuevamente a dar rienda suelta a esta innata posibilidad de escribir y a mi imaginación basada en la realidad de un país que todavía no se permite la justicia total y en la realidad de mi propia historia que se entrelaza con esta maraña de hechos que han escrito la historia de estos últimos 31 años.
La historia que cuento es el brote obligado de la memoria. Una memoria infantil que intenta tejer recuerdos de hechos transcurridos en ese momento tan oscuro de la historia de Chile. Una zaga familiar que cuenta la vida común y corriente de personas afectadas por el Golpe Militar de 1973. Tal vez la misma historia vivida por miles de familias chilenas que vieron caer sus sueños aquel 11 de septiembre cuando todo Chile pasó de la libertad a la prisión, de la algarabía al más profundo de los silencios."
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